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lunes, 7 de febrero de 2022

Nacimiento del Sol y la Luna


Cuando la tierra estaba en la oscuridad, cuando era siempre de noche, los poderosos que vivían en el cielo se reunieron para crear el Sol y que hubiera luz en la tierra.

Ellos se reunieron en una ciudad llamada Teotihuacán que había en el cielo, y de la cual la ciudad de Teotihuacan que está en México era como una sombra o un reflejo.

Aquel poderoso que quisiera convertirse en el Sol, debía arrojarse en esa hoguera y quemarse en ella. De ella saldría convertido en el Sol.

Dos de ellos querían hacerlo.

Uno era grande, fuerte, hermoso y rico. Estaba vestido con ropas de lujo y adornado con piedras preciosas. Les ofrecía a sus compañeros oro y joyas, muestras de orgullo.

El otro era pequeño, débil, feo y pobre; su piel era morena. Estaba vestido con su ropa de trabajo. Como era pobre, sólo podía ofrecer la sangre de su corazón, sus buenos y humildes sentimientos.

Cuando llegó la hora de arrojarse a la enorme hoguera, el grande y rico no se atrevió, tuvo miedo y salió corriendo.

Entonces el morenito feo, que era muy valiente, se arrojó en la hoguera. En ella se quemó, y salió de ella convertido en el Sol.

Cuando el otro lo vio, sintió vergüenza y él también se arrojó a la hoguera. En ella se quemó, y salió de ella convertido en la luna.

Este cuento se lo contaban nuestros antepasados a las niñas y los niños de hace mucho tiempo.

Así se les enseñaba que aquel que es valiente y bueno, aunque sea pobre y feo, puede hacer cosas mayores y más brillantes que las que hace aquel otro que es grande, fuerte y rico, pero no tiene valentía en su corazón.

Eso deben saberlo también ustedes.

Bibliografía

Bonifaz Nuño Rubén. (1999). “Nacimiento del sol y la luna” en Cuento de los abuelos. México. SEP. CONACULTA.CONALITEG. Pág. 13-15.