Todo
comenzó una fría mañana del último sábado de invierno. Antes de trabajar, leí
los grupos latinoamericanos en la red de computadoras, en el grupo uruguayo,
una chica preguntaba desde Suiza por el escritor Eduardo Galeano.
Yo
había asistido a la presentación de su último libro en Madrid y le envié la
crónica escrita para mi país. Nació una hermosa e intensa amistad, que comenzó
con la literatura pero abarcó todos nuestros intereses. Me acostumbré a la
comunicación diaria y a sus ausencias de fin de semana. La facilidad con la que
nos entendimos empezó a preocuparme. La relación, refrescante y motivadora,
acortó la primavera y se convirtió en un necesidad.
Se
acercaban las largar vacaciones de verano y le insinué la posibilidad de viajar
a Suiza. Después de un par de días de evasivas, me confesó que era española y
no uruguaya, y que entraba en la red a través de una computadora de Zurich. Su
revelación alivio en parte mi conciencia por las verdades que yo aún ocultaba.
Se
desencadenó nuestro inevitable encuentro personal. Acudí con sentimientos
encontrados. Feliz, porque al fin
conocería a la chica cuyas palabras me habían cautivado. Atribulado, porque le
confesaría que tenía esposa e hijos. La plaza de la universidad estaba
solitaria. Una joven y hermosa mujer estaba sentada en el prado. A su lado,
tendidas sobre el césped, dos muletas…
Comenta
la lectura.
1.-
Investiga la vida y obra del escritor, y menciona algunos datos relevantes.
|
2.-¿Qué
verdad le oculto él a ella? ¿Por qué?
3.- ¿Qué
verdad le oculto ella a él? ¿Por qué?
4.-
¿Cuáles son las implicaciones morales y emocionales de ocultar la verdad en una
relación de amistad? Sucede lo mismo en un noviazgo, si no por qué.
5.- Porqué
es importante decir la verdad en la comunicación diaria, explica y da un
ejemplo.
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