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miércoles, 11 de octubre de 2023

Empirismo-El mundo según Grenouille

Patrick Süsskind

 


Grenouille, sentado sobre el montón de troncos con las piernas estiradas y la espalda apoyada contra la pared del cobertizo, había cerrado los ojos y estaba inmóvil. No veía, oía ni sentía nada, sólo percibía el olor de la leña, que le envolvía y se concentraba bajo el tejado como bajo una cofia. Aspiraba este olor, se ahogaba en él, se impregnaba de él hasta el último poro, se convertía en madera, en un muñeco de madera, en un Pinocho, sentado como muerto sobre los troncos hasta que, al cabo de mucho rato, tal vez media hora, vómito la palabra “madera”, la arrojó por la boca como si estuviera lleno de madera hasta las orejas, como si pugnará por salir de su garganta después de invadirle la barriga, el cuello y la nariz. Y esto le hizo volver en sí y le salvó cuando la abrumadora presencia de la madera, su aroma, amenazaba con ahogarle. Se despertó del todo con un sobresalto, bajo resbalando por los troncos y se alejó tambaleándose, como si tuviera piernas de madera. Aún varios días después seguía muy afectado por la intensa experiencia olfatoria y cuando su recuerdo le asaltaba con demasiada fuerza, murmuraba “madera, madera”, como si fuera un conjuro.

 

 Así aprendió a hablar. Las palabras que no designaban un objeto oloroso, o sea, los conceptos abstractos, ante todo de índole ética y moral, le presentaban serían dificultades. No podía retenerlas, las confundía entre sí, las usaba, incluso de adulto, a la fuerza y muchas veces impropiamente: justicia, conciencia, Dios, alegría, responsabilidad, humildad, gratitud, etcétera., expresaban ideas enigmáticas para él.

 

Por el contrario, el lenguaje corriente habría resultado pronto escaso para designar todas aquellas cosas que había ido acumulando como conceptos olfativos. Pronto, no olió solamente a madera, sino a clases de madera, arce, roble, pino, olmo, peral, a madera vieja, joven, podrida, mohosa, musgosa e incluso a troncos y astillas individuales y a distintas clases de aserrín y los distinguía entre sí como objetos claramente diferenciados, como ninguna otra persona había podido distinguirlos con los ojos. Sabía que aquella bebida blanca que madame Gaillard daba todas las mañanas a sus pupilos se llamaba sólo leche, aunque para Grenouille cada mañana olía y sabía de manera distinta, según lo caliente que estaba, la vaca de que procedía, el alimento de esta vaca, la cantidad de nata que contenía, etcétera…, que el humo, aquella mezcla de efluvios que constaba de cien aromas diferentes y cuyo tornasol se transformaba no ya cada minuto, sino cada segundo, formando una nueva unidad, como el humo del fuego, sólo tenía un nombre, “humo”.. que la tierra, el paisaje, el aire, que a cada paso y a cada aliento eran invadidos por un olor distinto y animados, en consecuencia, por otra identidad, sólo se designaba con aquellas tres simples palabras…

 

Todas estas grotescas desproporciones entre la riqueza del mundo percibido por el olfato y la pobreza del lenguaje hacían dudar al joven Grenouille del sentido de la lengua y sólo se adapta a su uso cuando el contacto con otras personas lo hacía imprescindible.

 

A los seis años ya había captado por completo su entorno mediante el olfato. No había ningún objeto en casa de madame Gaillard, ningún lugar en el extremo norte de la Rue de Charome, ninguna persona, ninguna piedra, ningún árbol, arbusto o empalizada, ningún rincón, por pequeño que fuese, que no conociera, reconociera y retuviera en su memoria olfativamente, con su identidad respectiva. Había reunido y tenía a su disposición diez mil, cien mil aromas específicos, todos con tanto claridad, que no sólo se acordaba de ellos cuando volvía a olerlos, sino que los olía realmente cuando los recordaba; y aún más, con su sola fantasía era capaz de combinarlos entre sí, creando nuevos olores que no existían en el mundo real. Era como si poseyera un inmenso vocabulario de aromas que le permitiera formar a voluntad enormes cantidades de nuevas combinaciones olfatorias… a una edad en que otros niños tartamudeaban con las primeras palabras aprendidas, las frases convencionales, a todas luces insuficientes para la descripción del mundo. Si acaso, lo único con que podía compararse su talento era la aptitud musical de un niño prodigio que hubiera captado en las melodías y armonías el alfabeto de los distintos tonos, y ahora compusiera él mismo nuevas melodías y armonías, con la salvedad de que el alfabeto de los olores era infinitamente mayor y más diferenciado que el de los tonos, y también de que la actividad creadora del niño prodigio Grenouille se desarrollaba únicamente en su interior y no podía ser percibida por nadie más que por él mismo.

 

( … )

 

Se disponía ya a alejarse de la aburrida representación para dirigirse a su casa pasando por las Galerías del Louvre, cuando el viento le llevó algo, algo minúsculo, apenas perceptible, una migaja, un átomo de fragancia, o no, todavía menos, el indicio de una fragancia más que una fragancia en sí, y pese a ello la certeza de que era algo jamás olfateado antes. Retrocedió de nuevo hasta la pared, cerró los ojos y esponjó las ventanas de la nariz. La fragancia era de una sutileza y finura tan excepcionales, que no podía captarla, escapaba una y otra vez a su percepción, ocultándose bajo el polvo húmedo de los petardos, bloqueada por las emanaciones de la muchedumbre y dispensada en mil fragmentos por los otros mil olores de la ciudad. De repente, sin embargo, volvió, pero sólo en diminutos retazos, ofreciendo durante un breve segundo una muestra de su magnífico potencial... y desapareció de nuevo. Grenouille sufría un tormento. Por primera vez no era su carácter ávido el que se veía contrariado, sino su corazón el que sufría. Tuvo el extraño presentimiento de que aquella fragancia era la clave del ordenamiento de todas las demás fragancias, que no podía entender nada de ninguna si no entendía precisamente ésta y que él, Grenouille, habría desperdiciado su vida si no conseguía poseerla. Tenía que captarla, no sólo por la mera posesión, sino por la tranquilidad de su corazón. La excitación casi le produjo malestar. Ni siquiera se había percatado de la dirección de donde procedía la fragancia. Muchas veces, los intervalos entre un soplo de fragancia y otro duraban minutos y cada vez le sobrecogía el horrible temor de haberla perdido para siempre. Al final se convenció, desesperado, de que la fragancia provenía de la otra orilla del río, de alguna parte en dirección sudeste.

 

Se apartó de la pared del Pavillon de Flore para mezclarse con la multitud y abrirse paso hacia el puente. A cada dos pasos se detenía y ponía de puntillas con el objeto de olfatear por encima de las cabezas; al principio la emoción no le permitió oler nada, pero por fin logró captar y oliscar la fragancia, más intensa incluso que antes y, sabiendo que estaba en el buen camino, volvió a andar entre la muchedumbre de mirones y pirotécnicos, que a cada momento alzaban sus antorchas hacia las mechas de los cohetes; entonces perdió la fragancia entre la humareda acre de la pólvora, le dominó el pánico, se abrió paso a codazos y empujones, alcanzó tras varios minutos la orilla opuesta, el Hotel de Mailly, el Quai Malaquest, el final de la Rue de Seine...

Allí detuvo sus pasos, se concentró y olfateó. Ya lo tenía. Lo retuvo con fuerza. El olor bajaba por la Rue de Seine, claro, inconfundible, pero fino y sutil como antes. Grenouille sintió palpitar su corazón y supo que no palpitaba por el esfuerzo de correr, sino por la excitación de su impotencia en presencia de este aroma. Intentó recordar algo parecido y tuvo que desechar todas las comparaciones. Esta fragancia tenía frescura, pero no la frescura de las limas o las naranjas amargas, no la de la mirra o la canela o la menta o los abedules o el alcanfor o las agujas de pino, no la de la lluvia de Mayo o el viento helado o el agua del manantial... y era a la vez cálida pero no como la bergamota, el ciprés o el almizcle, no como el jazmín o el narciso, no como el palo de rosa o el lirio... esta fragancia era una mezcla de dos cosas, lo ligero y lo pesado; no, no una mezcla, sino una unidad y además sutil y débil y sólido y denso al mismo tiempo, como un trozo de seda fina y tornasolada... pero tampoco como la seda , sino como la leche dulce en la que se deshace la galleta... lo cual no era posible, por más que se quisiera: ¡seda y leche! Una fragancia incomprensible, indescriptible, imposible de clasificar; de hecho su existencia era imposible. Y no obstante, ahí estaba, en toda su magnífica rotundidad. Grenouille la siguió con el corazón palpitante porque presentía que no era él quien seguía la fragancia, sino la fragancia la que le había hecho prisionero y ahora le atraía irrevocablemente hacia sí.

Continuó bajando por la Rue de Seine. No había nadie en la calle. Las casas estaban vacías y silenciosas. Todos se habían ido al río a ver los fuegos artificiales. No estorbaba ningún penetrante olor humano, ningún potente tufo de pólvora. La calle olía a la mezcla habitual de agua, excrementos, ratas y verduras en descomposición, pero por encima de todo ello flotaba, clara y sutil, la estela que guiaba a Grenouille. A los pocos pasos desapareció tras los altos edificios la escasa luz nocturna del cielo y Grenouille continuó caminando en la oscuridad. No necesitaba ver; la fragancia le conducía sin posibilidad de error.

 

A los cincuenta metros dobló a la derecha la esquina de la Rue de Marías, una callejuela todavía más tenebrosa cuya anchura podía medirse con los brazos abiertos. Extrañamente, la fragancia no se intensificó, sólo adquirió más pureza y, a causa de esa pureza cada vez mayor, ganó una fuerza de atracción aún más poderosa. Grenouille avanzaba como un autómata. En un punto determinado la fragancia le guio bruscamente hacia la derecha, al parecer contra la pared de una casa. Apareció un umbral bajo que conducía al patio interior. Como en un sueño, Grenouille cruzó este umbral, dobló un recodo y salió a un segundo patio interior, de menor tamaño que el otro, donde por fin vio arder una luz; el cuadrilátero sólo medía unos cuantos pasos. De la pared sobresalía un tejadillo de madera inclinado y debajo de él, sobre una mesa, parpadeaba una vela. Una muchacha se hallaba sentada ante esta mesa, limpiando ciruelas amarillas. Las cogía de una cesta que tenía a su izquierda, las despezonaba y deshuesaba con un cuchillo y las dejaba caer en un cubo. Debía tener trece o catorce años. Grenouille se detuvo. Supo inmediatamente de dónde procedía la fragancia que había seguido durante más de media milla desde la otra margen del río; no de este patio sucio ni de las ciruelas. Procedía de la muchacha.

 

Por un momento se sintió tan confuso que creyó realmente no haber visto nunca en su vida nada tan hermoso como esta muchacha. Sólo veía una silueta desde atrás, a contraluz de la vela. Pensó, naturalmente, que nunca había olido nada tan hermoso. Sin embargo, como conocía los olores humanos, muchos miles de ellos, olores de hombres, mujeres y niños, no quería creer que una fragancia tan exquisita pudiera emanar de un ser humano. Casi siempre los seres humanos tenían un olor insignificante o detestable. El de los niños era insulso, el de los hombres consistía en orina, sudor fuerte y queso, el de las mujeres, en grasa rancia y pescado podrido. Todos sus olores carecían de interés y eran repugnantes... y por ello ahora ocurrió que Grenouille, por primera vez en su vida, desconfió de su nariz y tuvo que acudir a la ayuda visual para creer lo que olía. La confusión de sus sentidos no duró mucho, en realidad, necesitó sólo un momento para cerciorarse ópticamente y entregarse de nuevo, sin reservas, a las percepciones de su sentido del olfato. Ahora olía que ella era un ser humano, olía el sudor de sus axilas, la grasa de sus cabellos, el olor a pescado de su sexo, y lo olía con el mayor placer. Su sudor era tan fresco como la brisa marina, el sebo de sus cabellos, tan dulce como el aceite de nuez, su sexo olía como un ramo de nenúfares, su piel, como la flor de albaricoque... y la combinación de estos elementos producía un perfume tan rico, tan equilibrado, tan fascinante, que todo cuanto Grenouille había olido hasta entonces en perfumes, todos los edificios odoríferos que había creado en su imaginación, se le antojaron de repente una mera insensatez. Centenares de miles de fragancias parecieron perder todo su valor ante esta fragancia determinada. Se trataba del principio supremo, del modo según el cual debía clasificar todos los demás. Era la belleza pura.

Bibliografía

Süsskind Patrick, El Perfume: historia de un asesino, México, Seix Barral/Planeta, 2003, Pág. 28-30, 40-43.

Actividad.

El texto de Patrick Süsskind es un ejemplo de cómo percibe el mundo una persona (Grenouille) que tiene un sentido del olfato muy desarrollado. Las siguientes preguntas podrían orientar la discusión:

 

• ¿Qué percibía Grenouille que no percibimos nosotros (o normalmente no lo percibimos)?

 

• ¿Les gustaría vivir en un mundo donde su sentido olfativo predomina sobre su sentido de vista? ¿En qué consistirían las diferencias?

 

• ¿Cuán fácil o difícil es describir olores? ¿Cómo habrá sido el proceso utilizado por Süsskind para imaginar el personaje de Grenouille?

 

• ¿Les ha pasado que un olor les trae a la memoria alguna persona o situación? ¿Por qué podrían ser tan evocativos los olores?

 

• Grenouille desconfió por primera vez en su vida de su sentido del olfato porque no creía que una persona podría oler tan bien. ¿Podríamos tener algunos prejuicios análogos respecto a lo que nosotros vemos?

 

viernes, 18 de agosto de 2023

Postura no argumentada

Las redes sociales te dan la razón

para hablar con legiones de tontos

que antes solo hablaban en el bar

después de una copa de vino,

sin dañar a la comunidad.

Rápidamente fueron silenciados.

y ahora tienen el mismo derecho

hablar de un premio nobel.

Es la invasión de los tontos.

umberto eco

La Stampa (10 de junio de 2015)


Hoy en día, las redes sociales funcionan como el principal canal de comunicación para gran parte de la población. Debido al uso masivo del teléfono móvil, las personas se informan en las redes sociales o sitios de internet.

Las plataformas de redes sociales tienen el poder de influir en los usuarios. Así como fumar provoca cáncer, el consumo de información errónea provoca cambios en las creencias y conductas de las personas, por ello es importante cuidar lo que lees y ves en Internet.

La epidemia de información colectiva, la infodemia, creada por el acceso a internet a través del uso de teléfonos móviles y redes sociales, ha tenido como resultado la producción e intercambio a máxima velocidad de una sobreabundancia de información sobre un tema en todos los rincones del mundo.

La desinformación es información falsa o incorrecta con el propósito de inducir a error. En la pandemia del Covid-19, la desinformación logró afectar negativamente la salud humana. Se inventaron y difundieron historias falsas o engañosas sin verificar su veracidad. La desinformación permitió cambiar el comportamiento de las personas para tomar decisiones y asumir riesgos para la salud.

Argumentar es justificar algo a través de argumentos

Se argumenta cuando se defiende o impugna una tesis y se dan razones para ello.


El argumento por lo general trata de establecer la verdad de su conclusión.


Otros argumentos en contra de la vacuna

La inmunidad natural (contraer enfermedades y curarse) es mejor.

Desconfíe de las vacunas, no son necesarias, porque el cuerpo contiene "sus propias defensas".

Es mejor usar productos naturales y tener un sistema inmunológico naturalmente fortalecido.

No hay ninguna razón objetiva para suponer que lo natural es bueno.

Las “fiestas del covid” tenían como finalidad supuestamente provocar un contagio acelerado que llevaría a la inmunidad natural y luego a la inmunidad de rebaño.




martes, 15 de agosto de 2023

¿Qué están haciendo todos en vez de decir, “te amo”?

Estamos primordialmente dedicados a distanciarnos, destruirnos, intimidarnos, decepcionarnos, degradarnos y devaluarnos y no sabemos cómo cambiar esta situación. Un nuevo lenguaje de amor puede rehacer nuestras mentes. En su importante libro, The Human Connection, (La conexión humana) Ashley  Montagu y Floyd Matson manifiestan que el amor es la forma más elevada de la comunicación. Dicen:

La comunicación humana, “que como dice el proverbio, es un choque de símbolos” abarca una multitud de signos. Pero es algo más que medios publicitarios y mensajes, información y persuasión. También satisface una necesidad más profunda y sirve a un propósito más elevado. Ya sea clara o tergiversada, tumultuosa o silenciosa, deliberada o fatalmente descuidada, la comunicación es el terreno de reunión y los cimientos de la comunidad. En Breve, es la conexión humana esencial.

De manera que, si usted quiere establecer la conexión humana en una relación de amor, quizá dese analizar lo siguiente:

Dime a menudo que me amas, a través de tu charla, tus acciones y tus gestos. No supongas que yo sé. Quizá muestre signos de turbación e incluso niegue que lo necesito, pero no lo creas, hazlo de cualquier manera.

·   Felicítame a menudo por los trabajos bien desempeñados y cuando falle no me desacredites, en vez de ello, dame seguridad. No tomes muchas de las cosas que hago por ti como algo que se da por sentado. El refuerzo positivo y el agradecimiento darán como resultado la seguridad de que yo la repita.

·  Hazme saber cuando te sientas deprimido, solo o incomprendido. Seré más fuerte al saber que tengo el poder de consolarte. Los sentimientos, sino se verbalizan, poder ser destructivos. Recuerda, aun cuando te amo, no siempre puedo leer tu mente.

· Expresa sentimientos y pensamientos jubilosos. Le darán vitalidad a nuestra relación. Es maravilloso festejar los no cumpleaños, los días de San Valentín personales. Dar regalos de amor sin razón alguna y escucharte cuando expresas en palabras tu felicidad.

·  Cuando me respondes me siento tan especial que eso compensa todos aquellos que, durante el día, pasaron a mi lado sin verme.

·    No invalides mi ser diciéndome que lo que veo o lo que siento es insignificante o no es real. Si lo veo y lo siento… para mí… ¡se trata de mi experiencia y por lo tanto es importante y real!

·   Escúchame sin juzgarme o sin ideas preconcebidas. Ser escuchado, lo mismo que ser visto, es algo vital. Si en verdad me ves y me escuchas tal y como soy en el momento, eso será constante afirmación de mi ser, a medida que mutuamente nos ayudamos a cambiar.

·   Tócame. Sostenme en tus brazos. Acaríciame y abrázame. Mi yo físico se revitaliza gracias a la comunicación de amor no verbal.

·   Respeta mis silencios. Casi siempre descubro las alternativas para mis problemas, mi creatividad y mis necesidades espirituales en los momentos de inquietud.

·     Hazles saber a los demás que me valoras. La afirmación pública de nuestro amor me hace sentir especial y llena de orgullo. Es bueno compartir con los demás la alegría de nuestra relación.

Sé muy bien que quizá estén pensando que las ideas anteriores en realidad no son necesarias entre amantes; que ocurren de una manera espontánea. Pero no es así. Son estos aspectos mismos de la comunicación los que se convierten en la piedra angular de toda relación de amor floreciente. ¡También constituyen los sonidos más bellos del mundo!

 

Ernesto Lamonglia, Amarnos los unos a los otros.

Pág.71-73.

 


Objetividad en el conocimiento


Más allá de Ghor había una ciudad. Todos sus habitantes eran ciegos. Un rey con su cortejo llegó cerca del lugar, trajo su ejército y acampo en el desierto. Tenia un poderoso elefante que usaba para atacar e incrementar el temor de la gente. La población estaba ansiosa por ver el elefante, y algunos ciegos de esta ciega comunidad se precipitaron como locos para encontrarlo. Como no conocían ni siquiera la forma y aspecto del elefante tantearon ciegamente para reunir información, palpando alguna parte de su cuerpo. Cada uno pensó que sabía algo, porque pudo tocar una parte de él. Cuando volvieron junto a sus conciudadanos, impacientes grupos se apiñaron a su alrededor. Todos estaban ansiosos buscando equivocadamente la verdad de boca de aquellos que se hallaban errados. Preguntaron por la forma y aspecto del elefante, y escucharon todo lo que aquellos dijeron. Al hombre que había tocado la oreja le preguntaron acerca de la naturaleza del elefante. El dijo: “Es una cosa grande, rugosa, ancha y gruesa como un felpudo”. Y el que había palpado la trompa, dijo: “Yo conozco los hechos reales, es como un tubo recto y hueco, horrible y destructivo”. El que había tocado sus patas dijo: “Es poderoso y firme como un pilar”. Cada uno había palpado una sola parte de las muchas. Cada uno lo había percibido erróneamente. Ninguno conocía la totalidad…

Idries Shah, Cuentos de los Derviche.


*Contesta las preguntas para construir la discusión

Si todos los ciegos en la historia quisieran seguir indagando sobre el objeto tocado (el elefante), ¿qué tendrían que hacer para saber lo que es?

¿Cuán natural le parece a cada alumno el hacerse preguntas acerca de sus propios filtros perceptivos, su propia subjetividad? ¿Qué valor tendría esta exploración, si la pudiéramos realizar?

¿Hasta que punto es posible conocer nuestros propios filtros perceptivos, nuestra propia subjetividad?

¿Qué tipo de situaciones de vida podría provocar una indagación personal en este terreno?

¿A algunos de los alumnos o alumnas les ha pasado algo de esta naturaleza?

¿Existen situaciones cotidianas o quehaceres académicos en los cuales las posiciones subjetivas pueden ayudar a profundizar nuestro conocimiento? ¿Qué situaciones o quehaceres ameritan buscar una perspectiva más bien objetiva?

¿Es la objetividad un sin-sentido o más bien una meta a perseguir?

¿Cuál es su punto de vista sobre el valor de la objetividad en el conocimiento?


jueves, 18 de mayo de 2023

Tiro al blanco: delimitar el tema a investigar

Delimitar tema a investigar

Los círculos concéntricos, círculos de distinto tamaño, son círculos unidos por el mismo centro, siendo el circulo pequeño el más importante, porque delimita el área del conocimiento y permite identificar el tema a investigar.

Los tiradores con mayor precisión (estudiantes investigadores en línea) logran impactar en el centro del blanco, porque partieron desde el tema general (la lectura), hasta llegar al tema particular a investigar (Los retos académicos de la lectura en la era de internet).

A continuación se presenta el ejemplo, el proceso para llegar a delimitar el tema a investigar a partir del área del conocimiento general, la lectura.

El tema de la lectura es un área de conocimiento general, pues en nuestros días es importante distinguir entre la lectura tradicional y la lectura digital.

Para el tema que nos ocupa “Los retos académicos de la lectura en la era de internet” nos colocamos en la lectura digital.

En los círculos concéntricos se evidencia ir cercando el área del conocimiento a investigar. El primer círculo corresponde a la lectura, el segundo circulo pertenece al área de la lectura digital.

En esta etapa del proceso. la lectura digital es el segundo circulo concéntrico como área general del conocimiento.


En la lectura digital, se selecciona el ámbito académico para llegar al tema particular. El tercer circulo concéntrico corresponde al ámbito de los retos académicos de la lectura digital.

Los tiradores logran impactar el centro de blanco: Delimitar tema a investigar.


Tema delimitado: Los retos académicos de la lectura digital.

¿Cuáles son los principales retos de la lectura en México en la era de internet?

Una vez seleccionado el tema, el estudiante investigador se posiciona en la frontera de conocimiento, debe tener claro qué conoce y qué no conoce del tema a investigar. Qué retos académicos de la lectura digital, se conocen y cuáles se desconoce para ir a investigar.

Se observa el proceso gráfico de delimitar el tema a investigar, a la vez, la estrategia a seguir, para abordar la lectura siguiente:

Revista electrónica

Cárdenas Guzmán Guillermo. (Abril 2018). Los retos de la lectura en México en la era de internet. ¿Cómo ves? No. 233. Recuperado el 19 de mayo de 2022, de http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/233/los-retos-de-la-lectura-en-la-era-de-internet


*Fuentes de consulta

Elizondo, M. (2021). Delimitación del problema y la pregunta de investigación. México: Universidad Nacional       Autónoma de México. Pág. 18-22. 

http://www.librosoa.unam.mx/bitstream/handle/123456789/3295/Delimitacion_final.pdf?sequence=1&isAllowed=y

AV Maru Bermúdez. (2022, 08 de junio). Delimitar un tema a investigar. (Video). YouTube. https://youtu.be/EVRlXflwcDs

*Diseño de estrategia, tiro al blanco -delimitar el tema a investigar (círculos concéntricos, tiro al blanco) elaborado por María Eugenia Bermúdez Flores.


jueves, 11 de mayo de 2023

Del caudillismo al presidencialismo

Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, fueron los últimos caudillos o jefes revolucionarios que gobernaron el país. Calles se propuso cumplir o establecido en la Constitución de 1917, que era separar a la iglesia de los asuntos del Estado.

La iglesia católica rechazaba los artículos 3, 24 y 130 y suspendió las actividades en los templos. Muchos católicos se levantaron en armas, para defender sus creencias religiosas. En 1926 inició se inició la Guerra Cristera (Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes y Zacatecas).

Los conflictos posteriores a la lucha armada de 1910, la decisión sobre la forma de gobierno que debía instituirse en el país quedó asentada con un sistema presidencial en la Constitución de 1917.

En México, el presidencialismo tiene sus raíces en la persona de Plutarco Elías Calles (1924-1928), quien, por su forma peculiar de gobernar, incluso a través de sus sucesores, fue conocido como “jefe máximo”. El sistema presidencial fue la forma de gobierno aceptada constitucionalmente en 1917, diseñada y empleada posteriormente por el presidente Lázaro Cárdenas (1936-1940).

Del caudillismo revolucionario se llego al sistema presidencial con Lázaro Cárdenas.

1

Asesinato de Álvaro Obregón (17 Julio 1928)

2

Creación del Partido Nacional Revolucionario (4 de marzo de 1929, Plutarco Elías Calles fundó el partido).

3

Período conocido como Maximato, los gobiernos que siguieron a Calles (1928-1934)

4

El PNR presenta el Plan Sexenal del Gobierno (1934)

5

El PNR se transforma en Partido de la Revolución Mexicana (PRM), 1938

6

Lázaro Cárdenas cumple el primer período presidencial de 6 años. (1934-1940)

7

El PRM cambia a Partido Revolucionario Institucional (PRI). 1946

Fuente de consulta

*Historia. Primaria Quinto Grado. Ediciones SM. 2014. Pág. 332.

Soler Durán, A. (2021). Caudillos, conflictos y partidos en el México posrevolucionarios. Inventio9(17), 17–22. Recuperado a partir de http://inventio.uaem.mx/index.php/inventio/article/view/366

domingo, 7 de mayo de 2023

La Revolución Mexicana

El inicio del movimiento armado contra el Porfiarato fue iniciado por Francisco Madero con su manifiesto político Plan de San Luis Potosí.

El levantamiento liderado por Francisco I. Madero se oponía a la reelección del general Porfirio Díaz a la presidencia, dictador que había gobernado el país por más de treinta años.

La Revolución Mexicana fue un conflicto armado que inició en 1910, como consecuencia del descontento popular hacia la dictadura de Porfirio Díaz, y que derivaría en una guerra civil que transformaría radicalmente las estructuras políticas y sociales del país.

Fuente de consulta

*Historia. Primaria Quinto Grado. Ediciones SM. 2014. Pág. 326.

Cruz, Valeria y Martínez, Diego (2019, 9 09Europe/Madrid octubre). El inicio del movimiento armado. Historia de México. https://lahistoriamexicana.mx/siglo-xx/el-inicio-del-movimiento-armado

Revolución Mexicana, 20 de noviembre de 1910, ver en enlace siguiente:

https://edomex.gob.mx/revolucion_mexicana_2021#:~:text=La%20Revoluci%C3%B3n%20Mexicana%20fue%20un,pol%C3%ADticas%20y%20sociales%20del%20pa%C3%ADs.

Guerra de Reforma -Guerra 3 años

La Guerra de Reforma fue un suceso histórico que buscó terminar con las estructuras coloniales, donde la Iglesia buscaba tener poder en las decisiones del país, así definir el Estado Nacional.

Ignacio Comonfort, tras adherirse al Plan de Tacubaya intentó sumar simpatizantes pero en algunos estados, como el de Veracruz rápidamente se restituiría el orden constitucional, paulatinamente lo hizo perder el control. El 11 de enero de 1858, fue nombrado en su lugar el General Félix Zuluaga.


*Fuentes de consulta

 La Guerra de Reforma, ver en el enlace siguiente:

https://www.gob.mx/sedena/documentos/la-guerra-de-reforma

Inicio de la Guerra de Reforma, ver en el enlace siguiente:

https://www.inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Guerra_de_Reforma.pdf