El narrador protagonista
es el personaje principal de la historia.
El narrador utiliza
pronombres en primera persona, al narrar se refiere a “yo” o “nosotros”.
El narrador en primera
persona (yo). Lo estás leyendo.
El personaje principal
de la historia hablando de sí mismo como eje de la narración y relata los
hechos desde su propia visión de los eventos.
Las autobiografías son
buenos ejemplos de este tipo de narrador, ya que son actores principales en la
historia.
Fragmento de Autobiografía - Charles Darwin
Nací en Shrewsbury el 12 de febrero de 1809,
y mi recuerdo más temprano sólo alcanza a la fecha en que contaba cuatro años y
unos meses, cuando fuimos cerca de Abergele para bañarnos en la playa; conservo
con cierta nitidez la memoria de algunos hechos y lugares de allí.
Mi madre murió en julio de 1817, cuando yo
tenía poco más de ocho años, y es extraño pero apenas puedo recordar algo de
ella, excepto su lecho mortuorio, su vestido de terciopelo negro y su mesa de
costura, extrañamente fabricada. En la primavera del mismo año fui enviado a
una escuela diurna en Shrewsbury, donde estuve un año. Me han dicho que yo era
mucho más lento aprendiendo que mi hermana Catherine, y creo que en muchos
sentidos era un chico travieso.
Por la época en que iba a esta escuela
diurna, mi afición por la historia natural, y más especialmente por las
colecciones, estaba bastante desarrollada. Trataba de descifrar los nombres de
las plantas, y reunía todo tipo de cosas, conchas, lacres, sellos, monedas y
minerales. La pasión por coleccionar que lleva un hombre a ser naturalista
sistemático, un virtuoso o un avaro, era muy fuerte en mí, y claramente innata,
puesto que ninguno de mis hermanos o hermanas tuvo jamás esta afición.
Fragmento de Batallas en
el desierto – José Emilio Pacheco
Éramos tantos hermanos que no podía invitar a Jim a mi casa. Mi madre
siempre arreglando lo que dejábamos tirado, cocinando, lavando ropa; ansiosa de
comprar lavadora, aspiradora, licuadora, olla express, refrigerador eléctrico.
(El nuestro era de los últimos que funcionaban con un bloque de hielo cambiado
todas las mañanas.) En esa época mi madre no veía sino el estrecho horizonte
que le mostraron en su casa. Detestaba a quienes no eran de Jalisco. Juzgaba
extranjeros al resto de los mexicanos y aborrecía en especial a los
capitalinos. Odiaba la colonia Roma porque empezaban a desertarla las buenas
familias y en aquellos años la habitaban árabes y judíos y gente del sur:
campechanos, chiapanecos, tabasqueños, yucatecos. Regañaba a Héctor que ya
tenía veinte años y en vez de asistir a la Universidad Nacional en donde estaba
inscrito, pasaba las semanas en el Swing Club y en billares, cantinas,
burdeles. Su pasión era hablar de mujeres, política, automóviles. Tanto
quejarse de los militares, decía, y ya ven cómo anda el país cuando imponen en
la presidencia a un civil. Con mi general Henríquez Guzmán, México estaría tan
bien como Argentina con el general Perón. Ya verán, ya verán cómo se van a
poner aquí las cosas en 1952. Me canso que, con el PRI o contra el PRI,
Henríquez Guzmán va a ser presidente.
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