Psicoanálisis: El amor a la vida
El
hombre tiene dos capacidades, la del bien y del mal y que tiene que elegir,
entre la vida y la muerte. Insistencia tradicional sobre la predisposición del
hombre al mal: la Primera Guerra Mundial, Hitler y Stalin, Hiroshima.
El hombre no puede soportar la pasividad
absoluta. Se siente impulsado a dejar su huella en el mundo, a transformar y
cambiar, y no sólo a ser transformado y cambiado. Crear vida es trascender la
situación de uno como criatura que es lanzada a la vida, peor destruir la vida
también es trascenderla y escapar al insoportable sentimiento de pasividad
total.
Erich Fromm analiza la capacidad del
hombre para destruir. El individuo que no puede crear quiere destruir. Y
destruir la vida requiere sólo una cualidad: el uso de la fuerza.
El hombre tiene un potencial de
violencia destructora y sádica porque es humano, porque no es una cosa, y
porque tiene que tratar de destruir la vida sino puede crearla. El único
remedio para la destructividad es desarrollar en el hombre un potencial
creador, desarrollar su capacidad para hacer uso productivo de sus facultades
humanas.
La persona que ama la vida es atraída
por el proceso de la vida y el crecimiento en todas las esferas.
Ética biòfila, bueno es lo que sirve a
la vida, malo todo lo que sirve a la muerte. El esfuerzo moral consiste en
fortalecer la parte de uno mismo amante de la vida.
La condición más importante para el
desarrollo del amor a la vida en el niño es, para él, estar con gente que ama
la vida.
Condiciones
necesarias para el desarrollo de la biòfilia:
Cariño,
relaciones afectuosas con otros durante la infancia, libertad (individuo activo-creador
y responsable), ausencia de amenazas, enseñanza por el ejemplo, guía en el arte
de vivir, influencia estimulante de otros y modo de vida interesante.
Sociedad
en la que se desarrolla el amor a la vida:
o Donde hay seguridad en el sentido de que
no están amenazadas las condiciones materiales básicas para una vida digna.
o Justicia en el sentido de que nadie
puede ser un fin para los propósitos de otro.
o Libertad en el sentido de que todo
individuo tiene la posibilidad de ser un miembro activo-creador y responsable
de la sociedad.
Bibliografía
Fromm Erich. (2000). El corazón del hombre. México: F.C.E.
*Leer la persona con orientación necrófila.
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